15.03.2019

Los camioneros son tan importantes como los socios colaboradores

Cómo gestiona André Kistner, camionero de profesión, su empresa de transportes

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El sueño del sector del transporte

¿Acaso es posible en el sector del transporte actual hacer realidad sus sueños y fundar su propia empresa? André Kisker de la empresa H&K Transporte dijo hace cinco años: «Yes, I can». El camino elegido, no obstante, no sería nada fácil.

En la feria IAA de vehículos comerciales de 2018, celebrada en Hannover, el camionero de profesión y gerente actual compró su sexto camión junto con su socia. El camino a recorrer no siempre se antojaba fácil. Kisker había incluso pensado en dejarlo cuando en verano de 2017 uno de sus empleados se vio involucrado en un accidente grave y sobrevivió a duras penas: «Fueron unos meses muy difíciles, tanto emocional como psíquicamente. Se teme perder al compañero y uno se siente siempre responsable en parte. A todo ello hay que añadir que te quedas sin sustituto y que uno debe ocuparse del negocio a pesar de la situación».

El mayor reto radica en encontrar y mantener al personal cualificado

El reconocimiento profesional como fundamento

Para el fundador de la empresa, el reconocimiento profesional constituye el fundamento sobre el que se ha construido su empresa de transporte. Pues, en última instancia, Kisker, buen conocedor del sector, sabe muy bien que el mayor reto radica en encontrar y mantener al personal cualificado: «En Alemania faltan en la actualidad 45.000 camioneros. La mayoría de los camioneros actuales se jubilarán en breve. Y no hay quien los sustituya. Los directivos no responden a las necesidades de los empleados. El camionero es a día de hoy tan importante como el socio colaborador. Pues, si no está satisfecho, no es posible ofrecer buena calidad». Por este motivo, para Kisker un buen ambiente laboral y un trato familiar es imprescindible en su empresa H&K Transporte. «Escuchamos a nuestros empleados y les preguntamos cómo ha ido la semana y si les han gustado los encargos y las rutas». La plantilla de Kisker también cuenta con un equipamiento técnico óptimo. Cada «miembro de la familia» que pase su periodo de prueba puede configurar su camión. Esto genera un efecto secundario positivo: un mayor sentido del deber hacia el vehículo y la manera de conducir y, en especial, más sentido de pertenencia a la empresa.

¿Éxito o quiebra?

Kisker aconseja a los jóvenes emprendedores que consideren de antemano el modelo de negocio perseguido: «Deben estar preparados para dedicarle mucho esfuerzo y afrontar un factor costes importante. Es  más fácil, obviamente, si se dispone de capital propio, dado que se pueden invertir las ganancias en el futuro». Tampoco hay que comprar de golpe 20 camiones costosos: «La carga a trasladar es superior a los camiones de los que disponemos. Para dar servicio a los clientes más grandes, colaboramos con los socios de TIMOCOM».

Este gerente que se ha hecho a sí mismo también ve la expansión del negocio difícil en el futuro: «La demanda existe. Lidiamos a diario con la cuestión de cómo dotarnos de un buen personal cualificado». Existen importantes obstáculos a la hora de incorporarse a una profesión que es difícil y lo seguirá siendo. Una mejor imagen, un trato más respetuoso y una buena remuneración podrían ser de ayuda. Para ello se requiere no obstante que se produzca un cambio de mentalidad en la sociedad. 

 

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