Conocimientos de logística 27.06.2022
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Reducción de la huella de carbono: 4 pasos para la optimización a largo plazo

Así pueden las empresas de transporte y logística abordar la reducción de su CO2 y asegurarse ventajas competitivas a la larga.

La imagen muestra una mano con el índice estirado que toca el símbolo de CO2.

El 25 % del transporte por carretera en Alemania se realiza en vacío, y el 62 % de los camiones no va cargado del todo. Al mismo tiempo, según CHEManager, en torno al 6 % de las emisiones europeas de CO2 se deben a la logística. Las empresas participantes en la cadena de suministro sufren la presión de sociedad, política y socios para operar de forma sostenible y demostrable. En este artículo de blog, lee cómo puedes transformar los retos en oportunidades y usar tu huella de CO2 como ventaja competitiva.

 

A partir de 2025, la Unión Europea obliga a las empresas a reducir su balance de CO2 para frenar el cambio climático, responder a los compromisos del Acuerdo de París y aminorar los gases de efecto invernadero. Antes de hablar de cadenas de suministro sostenibles, se precisan algunos conocimientos previos. Aquí es necesario abordar cómo es la actividad ecológica propia, y no solo hablamos de la compensación de CO2.

En este sentido, resulta útil la serie de blog de TIMOCOM «Logística sostenible». Te informamos sobre esta temática compleja y te acompañamos a la hora de dominar los desafíos mediante la logística sostenible.

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Los 4 pasos para reducir el CO2 en las cadenas de suministro

Solo quien conozca sus emisiones a lo largo de la cadena de suministro, podrá operar persiguiendo sus metas.

Para ello, hay que recopilar datos, evaluarlos con transparencia y, a ser posible, asignarlos a cada socio o entrega.

 Paso 1: estudio de los 3 sectores para el balance de CO2

Para analizar la huella ecológica, las empresas deben estudiar sus cadenas de suministro desde tres sectores principales:

  1. Sector 1: emisiones directas causadas por el parque móvil propio, centros de producción, almacenes o también tiendas locales
  2. Sector 2: emisiones indirectas usadas de compras externas, como, p. ej., electricidad, petróleo y gas para las oficinas y centros de producción
  3. Sector 3: emisiones indirectas relacionadas con procesos anteriores y posteriores que tengan en cuenta todos los insumos, desde la materia prima hasta el cliente, p. ej., materias primas adquiridas, costes de energía, transporte y residuos, infraestructuras arrendadas y emisiones por viajes de negocios, costes de transporte, eliminación de residuos o reciclaje de los productos acabados, e inversiones en socios o filiales

Paso 2: recopilación de datos de los transportes

A partir del 1 de enero de 2023, como muy tarde, las empresas de más de 3.000 empleados deben presentar datos reales de consumo para su balance de CO2. Los datos se deben transferir a la Oficina Federal Alemana de Asuntos Económicos y Control de Exportaciones (BAFA, por sus siglas en alemán), como máximo, cuatro meses después de finalizar el ejercicio pertinente o, de lo contrario, se exponen a multas. También habrá controles en este sentido. Para los transportes, la información mínima será el origen y destino de una carga. Los datos exactos de consumo serán valiosos como, por ejemplo, el diésel usado en cada ruta.

Paso 3: cálculo de los gases de efecto invernadero

El consejo internacional Global Logistics Emissions Council (GLEC) fundado en 2014 complementa los métodos actuales de estimación con nuevos estándares y mecanismos de control, y unifica el cálculo. Este método es el más usado hoy día en todo el mundo y sirve como base para calcular los gases de efecto invernadero para las empresas. Quien no pueda resolver este cálculo por su cuenta, puede emplear herramientas digitales como las del socio de TIMOCOM.

Paso 4: optimización del balance de CO2 propio

Lo ideal sería eliminar todos los procedimientos que conlleven un elevado balance de CO2, pero que no sean necesarios, o que solo aporten un escaso incremento de la eficiencia. Después se pueden emprender optimizaciones de segundo nivel; por ejemplo, en los transportes, menores distancias entre los centros de producción y venta, rutas mejor planificadas o explotación máxima de los camiones.

Reducción de la huella de carbono: tu avance hacia un futuro empresarial sostenible

Ya en 2014, la Unión Europea reconoció la necesidad de incrementar la eficiencia dentro del sector del transporte europeo y lo designó como uno de los tres aspectos fundamentales para alcanzar la neutralidad climática. El documento con la estrategia se llama:

«Incremento de la eficiencia del sistema de transporte mediante el uso optimizado de tecnologías digitales, fijación inteligente de precios y otros estímulos para pasarse a los modos de transporte de bajas emisiones»

El cambio climático es un proceso que afecta a todos los participantes de la cadena de suministro y requiere grandes inversiones. Sin embargo, estas son rentables a largo plazo. Muchas empresas no pueden formar parte de esta primera fase de innovación, ni tampoco están obligadas. Y, a pesar de ello, deberían orientarse hacia este futuro cuanto antes y trabajar desde hoy mismo en la eficiencia y explotación de sus flotas. Así no solo se ahorran costes, sino que, al mismo tiempo, aumenta el prestigio entre socios empresariales y empleados.

Socio de TIMOCOM con herramienta de análisis de CO2

Desde abril de 2022, en TIMOCOM colaboramos con la empresa BigMile que brinda una herramienta de análisis de CO2 para la cadena de transporte. Todos los clientes tienen la posibilidad de dar los primeros pasos hacia su neutralidad en CO2 o adentrarse directamente en un análisis más profundo para obtener optimizaciones concretas. Tobias Häßler, director gerente, confirma en la entrevista el aumento de la reputación de las empresas sostenibles. Los motivos serían, entre otros, los límites de CO2 que se están incluyendo más en los concursos de transporte, así como los mayores precios de CO2 y el deber de informar de las empresas a partir de 2023, ya mencionado antes.

Las modernas empresas orientadas al futuro deben, por tanto, calcular su balance de CO2 y asignarlo, a ser posible, a cada cliente o carga. Y es que, aparte de la obligación legal de la ley alemana de cadenas de suministro, la presión social también aumenta. Los clientes quieren saber cómo se transportan las mercancías y la huella ecológica de lo que compran. Un valor bajo de emisiones y una producción sostenible son una ventaja competitiva importante en muchos ámbitos y, en algunos, ya es un requisito para poder operar.

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